Cuando nos conocimos, ahora hace casi 20 años, me pilló muy inocente, muy ingenuo. Quedamos, para un polvo normal. En la sauna Moratalaz, a la que no sé por que nunca he vuelto. Se ha borrado casi todo de mi memoria, apenas recuerdo los pasillos, el vestidor… sólo recuerdo, como si alguien hubiera esculpido en la piedra de mi alma dos momentos claves en mi vida sexual. Él tiene un cuerpazo de oso, macho alpha, empotrador. Como si lanzara feromonas al ambiente. Nuestros cerebros, morbos, cuerpos sintonizan muy bien.